sábado, 28 de junio de 2008

DEMOCRACIA-MONARQUÍA-TEOCRACIA

El tema no es la forma representativa, aquí hace falta lo real y no lo formal, sin honestidad integral es imposible tener un final feliz.

Cuenta la historia del pensamiento, adornada a veces por la elocuencia de rasgos legendarios, que cuando se reunían en la antigua Roma tres filósofos griegos, ipso facto, se disponía la expulsión de dos.
Interesa mucho el accionar del hombre práctico, de espíritu resolutivo porque el drama perenne existencial solo puede verse superado por la reflexión elevada, de una intelectualidad que toma de su esencia la pureza y la aplica con virtuosidad.
Cuando al opositor en pensamiento como en doctrina se lo suprime por diversos medios se va contra el precepto puro de la libertad, mientras no se deslinde su conducta con la Ley, todos tenemos derechos inalienables de manifestar aún siendo grotesca esa planificación, pero se debe saber que al amordazar su grito matamos la esencia de la autonomía reflexiva. Lo ideológico debe ser preservado en toda su dimensión mientras no se proponga la acción viole la paz y la concordia.
Pero la verdadera acción revolucionaria en paz y orden debemos incentivarla, la juventud no espera, su sangre fluye con potencia indetenible y estar en contra es sumergir lo temporal de una cuota importante del género humano, ahogarlos significa masacrar al espíritu como a su alma y esto es imposible porque el alma es inmortal. Acallaran a opositores pero estos se multiplicaran de manera geométrica, y siempre a la larga triunfará la justicia. Aprender de la historia hasta la caída de los imperios, frenar la saturación maléfica es querer secar al océano con un elemento extractivo.
Y solo la verdad nos hace libres, solamente la verdad, conduciendo a estas palabras también la realidad presente proyecta nuestra dimensión social y la misión trascendente.
El pensador nacional ofrendará su vida al servicio de ideales no utópicos de concreciones manifiestas estar siempre a favor de lo real contra de lo formal, sea democracia, monarquía, o teocracia, para lograr se debe sacrificar de manera concreta, no hablar de pobreza en suntuosos palacios, ni de hambre en grandes banquetes, esta irreverencia a la verdad daña enormemente a quienes tiene esperanza de cambios, ven que se vocifera de forma demagógica y se actúa de manera irreverente.
Mientras el avance científico crea cosas inimaginables para el confort, éste esclaviza en la competitividad de la case media y sumerge al pobre como a su familia no permitiendo el acceso a estos, no estoy en contra del avance tecnológico estoy en contra de no darle a otros la dignidad que todos merecemos. –sin olvidar que todos somos iguales-
Por todo lo dicho la razón es la inteligencia del espíritu, y sigue con luz propia distancias inconmensurables; los principios morales serán caminos de muy difícil tránsito pero cuando se llegue a destino será para siempre.
Porqué no le preguntamos a los grandes argentinos si alguna de sus misiones fueron sencillas, fáciles, sin grandes dolores, hasta con graves problemas de salud y no se detuvieron, ni se acobardaron el honor y la responsabilidad patriótica no permiten detenerse, -solo la muerte puede-
Pero no estará corporalmente pero sus ideas y liderazgo no lo podrán contener ni las armas mas poderosas ni los siglos. Nos es constante el recordar a nuestros libertadores como así a tantos soldados que están olvidados pero ofrendaron sus vidas para darle a sus hijos la libertad de su patria.

La verdad es camaleón de
apariencias infinitas
ni dos veces la meditas con
la propia entonación.
(Almafuerte)

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